Encelado La luna que Produce Burbujas Magnetica

Encelado se une a otros objetos celestes que producen “burbujas Magnéticas"

En una reciente ‘foto del día’, la así llamada “burbuja” de magnetismo supuestamente hallada por la nave Voyager en el límite donde la heliosfera del Sol se encontraba con el ISM (interstellar medium), se explicaba el hecho como vainas de Langmuir, o capas dobles de plasma cargadas eléctricamente. Puesto que las burbujas se piensa que son alargadas, se sugería que las variaciones del flujo de electrones detectados por las naves gemelas Voyager, probablemente señalaran a unos filamentos de energía eléctrica denominadas corrientes de Birkeland.

Las estructuras electromagnéticas similares que se ven alrededor de la Tierra, en Venus, en los planetas gigantes de gas, y dentro y alrededor de las galaxias, todos estos fenómenos tienen una característica en común: son todos ellos manifestaciones de la electricidad que fluye a través del plasma.

Los experimentos de plasma en el laboratorio, corresponden a las formaciones de plasma del espacio, debido al factor de escalabilidad: bajo condiciones análogas, las descargas de plasma producen las mismas formaciones, independientemente de su tamaño, ya sea en laboratorio o a un nivel planetario, estelar o galáctico. Sin embargo, su duración es proporcional a su tamaño,. Una chispa eléctrica que en el laboratorio se cuenta en microsegundos puede durar años en la escala estelar, o millones de años a escala galáctica.

Las recientes observaciones de Encelado, realizadas por la nave Cassini, en órbita alrededor de Saturno, revelan que sus penachos cargados eléctricamente también burbujean con campos magnéticos. La “burbuja magnética” de Saturno es su magnetosfera, dentro de la cual orbita Encelado. Las interacciones con Saturno se deben a que esta luna actúa como un generador, su movimiento en el plasma a través del campo magnético de Saturno induce el flujo de corriente.

Una “huella” ultravioleta del circuito eléctrico que hay entre ellos se vió de forma clara en la aurora oval de Saturno, el 11 de agosto de 2008, en un sobrevuelo de la nave Cassini. Los sensores de plasma de a bordo, descubrieron haces de iones y electrones propagándose desde el hemisferio norte de Saturno. Su variabilidad era desconcertante para los científicos de la NASA, hasta que se encontró que las variables emisiones de los respiraderos polares del sur de Encelado, se correspondían con las variaciones de brillo de la huella de la aurora .

El consenso general al respecto asume que el Universo es eléctricamente neutro, y ante la confirmación evidente de que el plasma es eléctricamente activo, se dice que era causado por fenómenos localizados sin importar cuánto fuese esto de improbable. Del “amasijo” de ondas, los “criovolcanes” y los “géiseres” que eupcionan desde las cámaras subterráneas de agua en estado líquido, se dijo que lo causaba la actividad vista en Encelado, mientras se ignoraba la explicación eléctrica.

Los científicos planetarios siguen persistiendo en una mala interpretación de las “rayas de tigre“, a modo de “respiraderos”, sobre Encelado, que canalizan el agua hacia la superficie. Estos respiraderos son realmente incisiones originadas por el desplazamiento de arcos eléctricos. Son análogos a las zanjas en forma de V que se ven en la luna Europa de Júpiter. Se encuentran a menudo en paralelo y atravesadas por otros canales. Tales características contradicen la idea de que son meramente una serie de fracturas.

Parece que Encelado estaba cortado y desgarrado, en lugar de agrietado y roto. Parecería que un sinfín de gigantes hubieran acuchillado la superficie desdeñando la topografía previa: un signo seguro de que el agente activo fue un arco eléctrico. Las rayas de tigre muestran ese paralelismo no porque sean grietas abiertas, sino porque son corrientes eléctricas filamentarias, que fluyen a través de una superficie, y tienden a alinearse para seguir la dirección ambiental del campo magnético.

Los defensores del Universo eléctrico proponen que las zanjas y el ardiente polo son calentados por la inducción electromagnética, mientras que el vapor de agua es eléctricamente ‘entresacada’ desde ellos. Un proceso similar ocurre en el polo norte de Encelado, donde la corriente eléctrica retona hacia el encapsulado de plasma de Saturno.